Adoración al Santísimo
¿Quién no necesita de un amigo con quien caminar a lo largo de la vida? ¿Quién no necesita de una persona que nos escuche y acoja con el mayor aprecio? ¿Quién no necesita de alguien con quien compartir la alegría fraterna de la amistad y siempre dispuesta para ayudarnos en los momentos difíciles? ¿Quién no necesita de alguien que nos haga reconocer nuestras luces y sombras? Esa persona es el mejor de los amigos, es Jesús Eucaristía, nuestra Luz y Verdad.
El Señor Jesús en este dulce sacramento de la Eucaristía, se ofrece, se da, se dona sin reservas como plenitud de vida. Para empezar este encuentro con Cristo sacramentado, alimento y luz de vida, necesitamos silencio interior y recogimiento, para abrir un espacio interior en lo más íntimo de nosotros mismos, para hacer que allí habite Dios, para que su palabra permanezca en nosotros, para que el amor a él arraigue en nuestra mente y en nuestro corazón y así anime nuestra vida. Dicha adoración se efectúa todos los primeros viernes de cada mes.